Desde que en la primera mitad del siglo XIX se constituyera la Diputación Provincial de Málaga, su preocupación por la cultura, como ente al servicio de la sociedad, ha sido uno de los valores de la corporación.
Hay que destacar, dentro de las diversas labores, la colección de arte que la Diputación atesora y gestiona.
Merece una especial mención, la colección de pintura del XIX, con nombres tan importantes para Málaga como Muñoz Degrain, Pedro Sáenz Sáenz, Moreno Carbonero, Ocón, Denis Belgrano, artistas relacionados con la plástica decimonónica, nombres propios fundamentales para el panorama pictórico nacional. Los fondos de esta colección pública dan clara muestra de la actividad artística ejercida en la ciudad desde su fundación.
El patrimonio artístico de la Diputación de Málaga es fruto de la labor de mecenazgo que ha realizado la institución a lo largo de su historia. Su origen se remonta a la segunda mitad del siglo XIX, con el impulso de diversas ayudas en forma de beca o pensionado para facilitar el perfeccionamiento de los alumnos más destacados en los grandes centros de arte existentes por entonces: Roma y París. De estas pensiones se beneficiaron, entre otros, José Moreno Carbonero y Reyna Manescau, dos artistas que, junto a Denis Belgrano, Muñoz Degrain y Verdugo Landi conforman el selecto grupo cuyas obras forman parte de la colección de la Diputación.
El pensionado, que tenía una duración de dos años y conllevaba una cuantía económica, obligaba a los alumnos a enviar una obra realizada durante el periodo de formación. Este hecho originó buena parte del patrimonio existente, si bien otra gran parte de la colección del periodo decimonónico responde a compras y donaciones en diferentes etapas.
Gracias a esta política de pensionado, la institución es propietaria de cuadros de Denis Belgrano, Muñoz Degrain, Moreno Carbonero, Reyna Manescau, Horacio Lengo o Bracho y Murillo, autores que recibieron el apoyo de la Diputación para desarrollar sus carreras y cuyo legado forma ahora parte fundamental de la colección del MAD. En estas obras quedan reflejados los gustos estéticos de mediados del XIX, cuando el academicismo se encuentra fuertemente implantado en oposición a cualquier aventura innovadora.
A estos fondos logrados a través de los pensionados se suman adquisiciones ya en el XX, sobre todo arte de vanguardia, en el que figuran como exponentes Enrique Brinkmann, Eugenio Chicano, Francisco Hernández, Cristóbal Toral, Dámaso Ruano, Gabriel Alberca o Pepe Bornoy. La colección se ha completado con compras en la feria de arte contemporáneo ARCO de Madrid de Carlos Aires o Cristina Martín Lara.